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Foto: . Dave in Seatle, INKA PACHACUTEC WARRIOR, Flickr

El pachacuti del siglo XXI

Publicado: 2020-05-05


Aunque quisiéramos que esto del coronavirus pase rápido, la verdad es que lo que está sucediendo puede ser un pachacuti. Una vuelta de revés del universo social, el fin del mundo tal cual lo conocimos. Una transformación radical del espacio, del tiempo y de la vida. Ha habido varios en estas tierras, uno de ellos fue el del buen Inka Yupanqi, las primeras décadas de 1400. Pero el último gran pachacuti fue la invasión de América que, ayudada por las epidemias, transformó toda la existencia, abrió la herida moderna/colonial y consolidó el capitalismo. Ese fue un cambio violento, para mal, en los esquemas del poder al cual debimos adaptarnos.

Como en esos años apocalípticos, hoy el miedo camina en las calles y hace cambiarlo todo. En Barcelona sin gente los jabalíes salvajes pasean libres bajo la luna. Los delfines reaparecen. En Chile un puma se aventura en un barrio. En Cusco hay más siwarq’entes[i] besando las flores y, por unos días, los ladrilleros no queman neumáticos y botellas de plástico en sus hornos. Podemos respirar mejor y el río Watanay exhibe reanimado las piedrecillas de su fondo y los arbustos repletos en sus riberas.

Esos eventos impensables en tiempos “normales” se ven también en nuestro tejido social. La producción se ha parado de golpe, un barril de petróleo vale casi nada, prevén que la economía del mundo decrezca un 3% y la del Perú hasta 8%. El capitalismo podría enfrentarse a la crisis más grande después de la Gran Depresión de 1929. Esto va a tener repercusiones serias en América Latina, y el Perú va a revolverse entre renovar o continuar como antes.

El ánima del neoliberalismo egoísta, con su idea de justicia despreocupada por los desposeídos, desempleados y miserables, intentará seguir reinando sobre muertos amontonados, legiones de gente sin trabajo y estómagos vacíos. Pero no va a poder. Ante sus dientes rotos reventará la realidad de los hospitales sin respiradores, sin medicinas, sin camas, la verdad de la educación pobre pero cara, las universidades con estudiantes fantasmas, pero con mensualidades vivientes, las esperanzas quebradas de un pueblo sin trabajo al que solo le quedará rezar. No va a ser rápido, pero no va a poder.

El reino de los poderosos avanza a despeñarse. El modelo sacrosanto y decrepito de la Constitución  de 1993, si es que quiere salvar siquiera sus muebles, tendrá que cambiar. ¿Hacia dónde? Algunos apostarán por seguir con un Estado insignificante pero autoritario, más derecho penal castigador y más centralismo. Pero, las mentes más lúcidas indican que ese patrón se ha acabado y que el Estado, si es que quiere sobrevivir, va a tener que intervenir de manera directa en la economía, garantizar derechos fundamentales como la salud y la educación, y redescubrir la democracia. ¿Un nuevo Velasco, talvez? No se sabe aún.

Pero que esto parece un pachacuti, no cabe duda. Machupicchu duerme sin turistas. Mi vecina ha detenido su mole de cemento que tapa la montaña. Los niños ya no visitan a su padre preso y el dinero de hace un mes alcanza para menos panes. En el mercado venden la mitad, pero cobran el doble. En los hoteles de estrellas solo queda el guardián mirando la piscina atemperada y el árbol de cien años en el centro del huerto. No hay más aviones de madrugada. Huyen miles de las ciudades volviendo a sus comunidades y pueblos. Cierran temprano el Banco. No se pagan los alquileres. Los obreros de construcción no construyen. Y tu contrato de trabajo vence justo estos días.

[i] Picaflores de color verde/azul metálico


Escrito por

Pável H. Valer Bellota

Un pasajero en tu camino.


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Así había sido...

Pensamientos, reflexiones, llamamientos y súplicas de un pasajero en tu camino